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Organización nacional se fortalece ante inicio de temporada de huracanes ●
La CNE realiza vigilancia constante en 1.462
comunidades vulnerables por inundación y 128 zonas de deslizamiento ●
Solamente en el mes de mayo se atendieron más de
380 eventos por inundación ●
Se cuenta con 500 puesto de radio que dan
vigilancia a las zonas de mayor vulnerabilidad San
José, 01 de junio de 2022. Producto
de llegada de la temporada de huracanes, la atención de las emergencias por
lluvias en la segunda parte del año se fortalece para la protección de la
población en condición de vulnerabilidad. Así lo dio conocer en conferencia de prensa este miércoles, el nuevo
presidente de la Comisión Nacional de Prevención de Riesgos, Alejandro Picado
Eduarte, quien anunció una serie de acciones amparada en un trabajo en
estrecha coordinación con las instituciones del Sistema Nacional de Gestión
del Riesgo. Señaló que solamente en el mes de mayo se atendieron 389 eventos por
inundaciones. Estos incidentes se concentraron principalmente en la parte
central del país, mientras que fuera de esta región, también se vieron
afectadas toda la Vertiente del Pacífico y los sectores montañosos de la Zona
Norte, cuyas principales causas fueron la saturación y colapso de
alcantarillas, así como el desbordamiento de ríos y quebradas. Ante el inicio de temporada de huracanes, la institución se ha
venido preparando, tanto en equipamiento como capacitación, para enfrentar
las emergencias que se presentan en esta época lluviosa, sin embargo, hizo un
llamado para tomar las previsiones para evitar su ocurrencia. Por ello, hizo un llamado para que la
población acate las medidas de prevención que emitan las instituciones de
primera respuesta. Para esta época lluviosa, la CNE se organizó de forma
interinstitucional para implementar planes de preparativos y respuesta en cinco
grandes líneas para disminuir el impacto de los fenómenos
hidrometeorológicos hacia las comunidades con mayor vulnerabilidad. 1. La primera línea de
acción es la Estructura de Organización y Coordinación con las instituciones
que trabajan en la prevención y la atención de las emergencias por medio del
Centro de Operaciones de Emergencia (COE) y los 90 Comités Municipales y
Regionales de Emergencia distribuidos en el país. 2. La segunda línea es
la activación de los mecanismos de alerta, por medio de la constante
coordinación técnico-científica con el Instituto Meteorológico Nacional
(IMN). 3. La tercera línea es
un robusto Sistema de Monitoreo y Vigilancia permanente mediante monitoreos
diarios sobre el estado del tiempo y las condiciones de los ríos y
deslizamientos. La información es
emitida por 500 puestos de radio colocados en puntos estratégicos del
territorio nacional. Esta vigilancia
se realiza en las 1 462 comunidades y más de 128 deslizamientos en todo el
territorio nacional identificadas como vulnerables. Por su parte, la CNE cuenta con una Unidad que se encarga durante
las 24 horas del día del manejo de la red de comunicación, la cual fue
modernizada para garantizar una mejor comunicación a lo largo del territorio
nacional. 4. La cuarta línea es
el equipamiento. La CNE cuenta con 54
bodegas y un inventario de instalaciones dispuestas como alojamientos
temporales en cada cantón, los cuales incluyen recursos locales como cobijas,
espumas, motosierras, etc., la adquisición de artículos para el stock
permanente como las lanchas, y el inventario de proveedores locales, entre
otras tareas. 5. El rescate de
personas y el establecimiento de albergues temporales es la quinta línea de
trabajo implementada para la atención de emergencias. Esta línea se trabaja juntamente con las
instituciones de primera respuesta como son el Benemérito Cuerpo de Bomberos,
Ministerio de Seguridad Pública y la Cruz Roja Costarricense para el traslado
preventivo de grupos familiares desde zonas declaradas bajo alerta por
fenómeno hidrometeorológico hasta sitios denominados como albergues
temporales. Con estas cinco líneas de trabajo, la CNE como ente coordinador,
busca enlazar esfuerzos mediante la participación de la sociedad civil,
gobiernos locales e instituciones gubernamentales para disminuir el impacto
de las principales amenazas asociadas al fenómeno de las lluvias y los
fuertes vientos. |
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